viernes, 7 de septiembre de 2012

Ahora




Ahora


Algo somnoliento aun, sentado y en vaivén por la turbulencia onírica que, evidentemente no deseaba abandonar, se perdió en aquel horizonte sosegado.

Su mente mecida en el alivio del silencio, lo llevaba a recorrer la temprana brisa del verano.

Que no acabe, pensó, que no acabe... pensó.

Pensó en la reciente noche, recordó el último sentir... pensó 
que a veces la intensidad de los sentimientos desbordan el alma 
y la desgarran; que el cuerpo, sin importar cuan entrenado se
encuentre en dicho oficio, jamás podrá con tal exceso.

Temió perder aquella sensación...

Es solo ahora, pensó... y fue lo único que le importó.
Se dejó deslizar por la afable brisa para no volver a pensar 
en la pérdida de aquel goce y trato de imitarse en cada momento 
feliz de su vida.



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