lunes, 9 de abril de 2012

Inmóvil


El aire es denso, un ligero temblor transparente se disipa ante mis ojos, no entiendo bien el suelo, la vista aún
no es exacta, pero puedo olerlo y sentirlo en mi rostro, en la palma de una de mis manos.
Es asfalto, áspero y templado, lo expulso de mi lengua mientras intento levantarme con mis manos apoyadas en él,
mis brazos están débiles, logro despegar el cuerpo pero no lo puedo erguir aún.
¿Dónde estoy?, es un camino, el inicio se pierde en el horizonte el final se pierde en el horizonte, ¿cual es final?
cuál el inicio, no hay señalización solo una doble línea amarilla lo divide.
Es una carretera, ¿hacia dónde? No importa tengo que salir de ella, podrían arrollarme en cualquier momento.
En los bordes solo la inmensidad está presente, hay pastos, una hierba extraña algunas espinas y mas horizonte,
está alejado de la ciudad estoy seguro, ¿Por qué no hay nubes en el cielo? ¿Por qué no he muerto?
¿La fatalidad elige el segundo? pero si la suerte no existe para mi, cómo es que... basta!!! No hay tiempo!!!
tengo que levantarme y caminar.
Siento mis piernas, están ahí. El viento me golpea de frente y ensordece insoportablemente el silencio.
Lo he logrado, estoy de pie pero mis piernas son ajenas y exageradamente pesadas, que es esto.
Muevo la pierna derecha pero mi fuerza no alcanza, todo mi cuerpo colabora en el avance y... algo nuevo
me invade, es dolor; (puede ser) mis rodillas están tiesas, mis puños cerrados estrujan con desesperación el
miedo que recorre mi piel. Intento mover la pierna izquierda, el grito que escapa de mis entrañas reverbera
en el paisaje, he avanzado pero en la dirección del camino, hacia el inicio o hacia el fin, ¿Cómo voy a saberlo?
Necesito girar y no... no importa hacia donde, estoy en el medio, un giro de noventa grados bastará,
no es problema puedo, puedo hacerlo!!! Y ahí está la orilla la veo, veo el verde contraste que me liberará
Mis piernas son cada vez más dolorosas, y lentas, intento el avance pero caigo de rodillas. Voy a estar mejor así,
podría intentar "gatear" pero estoy exhausto, no... no lo estoy, ni siquiera me he agitado, ¿Por qué ya no hay
viento? ni miedo, ni desesperación, todo lo que me ha estado atormentando se ha ido y solo queda en mi ésta
sensación, ésta necesidad de espera, me detengo en este inasible momento, necesito escuchar mi respiración para seguir.



Leandro Sayanes

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