viernes, 28 de diciembre de 2012

Morar tu cielo



Morar tu cielo

Es tu piel la que habita toda mi noche,
donde duermo mecido en el alivio del 
sueño, de este cielo.

Es tu boca la que habita todo mi cuerpo,
donde el éxtasis nos funde eternamente
en el sueño, de este cielo.

Es este, el cielo en el que los sueños son
eternos y no hay velos para el crepitar 
de nuestro amor intenso.

Es tu cielo el que habitamos de luna a luna,
en este sueño, de este cielo.


Leandro Sayanes

jueves, 20 de diciembre de 2012

Noche



Noche


En el ocaso de un sueño furtivo  
el solitario sonido de mi respiración 
me despierta.

Porque la lúgubre angustia que contiene a mi alma
en la inmensidad de una noche de amanecer lejano,
asfixia mi cuerpo intensamente. 

Porque deje que la crueldad de tu indiferencia, me arrasara.
Porque deje todo lo que sentía en tus manos.
Porque deje de lado mi alma para abrazar la tuya.
Porque deje que me mataras.

Por eso en esta noche eterna, busco desesperado, 
despertar de cada sueño que transito.



Leandro Sayanes

jueves, 29 de noviembre de 2012

.:.H:a.b.it:a:n..t:e::.




En silencio,
sin sombras que cubrir,
sin la piel que vistió mi sangre,
mi ser espectral, trémulo y sin voz
circunda la espesa noche.

Gritaré...





Amigos! Ya se puede, escuchar, leer y bajar mi "disco-libro" Habitante, para esto los invito pasar por: http://www.leandrosayanes.com.ar/ 



Un gran abrazo!

viernes, 7 de septiembre de 2012

Ahora




Ahora


Algo somnoliento aun, sentado y en vaivén por la turbulencia onírica que, evidentemente no deseaba abandonar, se perdió en aquel horizonte sosegado.

Su mente mecida en el alivio del silencio, lo llevaba a recorrer la temprana brisa del verano.

Que no acabe, pensó, que no acabe... pensó.

Pensó en la reciente noche, recordó el último sentir... pensó 
que a veces la intensidad de los sentimientos desbordan el alma 
y la desgarran; que el cuerpo, sin importar cuan entrenado se
encuentre en dicho oficio, jamás podrá con tal exceso.

Temió perder aquella sensación...

Es solo ahora, pensó... y fue lo único que le importó.
Se dejó deslizar por la afable brisa para no volver a pensar 
en la pérdida de aquel goce y trato de imitarse en cada momento 
feliz de su vida.



lunes, 30 de julio de 2012

Creí



Creí


Creí que en la noche.. cuando tus caricias me envolvían  
en un calido abrazo, mi alma derramada en tu luz por 
siempre viviría.

Creí que compartíamos el deseo irreverente de perdernos
en tu boca y encontrarnos sin razón.

Creí que viviría a salvo en el arrullo hipnótico de tu corazón,
en tus palabras de amor, en tu mirada enamorada.

Yo creí que el mundo comenzaba y finalizaba en nosotros.

Yo creí. 

Creí y naufrague en tu silencio.


Leandro Sayanes 2012

jueves, 24 de mayo de 2012

El frío del después....



Después


Este sueño tan pesado me llena de oscuridad.
Tu mirada escondiéndose en el frío del después,
el después del adiós.

Sentir tu ser, sentir tu piel, después.
Ahora el cielo duerme…

Aquel silencio recrudece, aquel vacío lleno de odio.
Aun puedo verme sintiéndote, aun puedo verme entre tus brazos.


Leandro Sayanes 2008


http://www.leandrosayanes.com.ar
http://leandrosayanes.bandcamp.com/




lunes, 23 de abril de 2012

Manía



Cuando era luz, veías…
Cuando eras luz, veía…

Pero toda luz crea sombra
y tanto te obsesiona, que lastima..

Queda saber, que hará esta vez.
Ella sabe, ¿ella sabe?

Leandro Sayanes




miércoles, 11 de abril de 2012

Cuando empiece a resistirte


Entre mis temores, va en silencio,
el quimérico deseo, de empezar a resistir

Se, que espera impávida el goteo de mi ser,
que lentamente va aprendiendo a respirar.

Temo arder en tu brillo,
que nos deja tanta oscuridad.

Y me sigue mísera, a escondidas,
y si no encuentra motivo, solo se sienta a esperar

Pero cuando me ve sumergido, no pretende
interrumpirme, yo no atino a terminar.

Prefiero me encuentres, esperando…
a olvidar que estas.

No acepto ya tu advertencia,
muda muerte, no te quiero oír.

Tu sombra sola está, deshojando el alba,
buscando a quien llevar, un frío despertar.


Leandro Sayanes





lunes, 9 de abril de 2012

Habitante


Aquel, quien intentó remendar su existencia torturada por las sombras de sus obsesiones, que fue presa de todo tipo de pánico y duda. Que se engañaba con noches
disolutas llenas de lujuria animal para herirse más profundo que el puñal con el que jugaba.
Ya no viste la sangre que lo alivió, ataviado con mejores ropas yace en este espacio sin luz, ajeno al dolor que ha causando.
Algo lo toca súbitamente y experimenta un despertar repentino, un original estado de conciencia espectral, puede oír entre el movimiento pendular de la oscuridad que lo envuelve, como se filtra ese extraño sollozar. Percibe todas las vibraciones y cambios en el aire. Una parte de su ser se transporta, otra traduce su cuerpo a una ajena e inmaterial sensación.
Reposa inerte en el trance.
Es un momento novedoso, que anida en sus sentidos develándole la imagen difusa del entorno y su bruma.
Su conciencia es ahora, vagar circundando estas partículas, intentando tocarlas y adueñándose de ellas, adhiriéndolas a su inmaterialidad.
Va en silencio, es inmóvil su voz.
Como cuando abrió sus ojos por primera vez y nada pudo ver, solo escucho el canto de su madre mecido por ese hipnótico vaivén. Ahora siente que debe dejarse llevar por la misma melodía.
Será una conciencia libre por fin, sin el pesado lastre de su carne aunque podría extrañar algunos placeres inherentes.

Cuanto espacio hay en su alma ahora, no logra sentir el horror de sus angustias. Se pregunta si sus recuerdos lo abandonarán finalmente o cargará con todo lo vivido como un tipo de maldición por haber sido, su viva, tan oscura.
Todo instante se carga de preguntas cada vez más difíciles de responder. Ha intentado pronunciar su nombre pero no puede, no lo recuerda o no sabe si tuvo nombre, y en su lugar solo viene a él, la palabra "madre", "madre" es lo que grita, o cree gritar, no hay nada de un momento a otro, ni hacia atrás, no hay palabras ni necesidad de usarlas, solo... ese hipnótico vaivén y esa... dulce voz que llega desde algún lugar.
Pronto estará en sus brazos.

Leandro Sayanes

Inmóvil


El aire es denso, un ligero temblor transparente se disipa ante mis ojos, no entiendo bien el suelo, la vista aún
no es exacta, pero puedo olerlo y sentirlo en mi rostro, en la palma de una de mis manos.
Es asfalto, áspero y templado, lo expulso de mi lengua mientras intento levantarme con mis manos apoyadas en él,
mis brazos están débiles, logro despegar el cuerpo pero no lo puedo erguir aún.
¿Dónde estoy?, es un camino, el inicio se pierde en el horizonte el final se pierde en el horizonte, ¿cual es final?
cuál el inicio, no hay señalización solo una doble línea amarilla lo divide.
Es una carretera, ¿hacia dónde? No importa tengo que salir de ella, podrían arrollarme en cualquier momento.
En los bordes solo la inmensidad está presente, hay pastos, una hierba extraña algunas espinas y mas horizonte,
está alejado de la ciudad estoy seguro, ¿Por qué no hay nubes en el cielo? ¿Por qué no he muerto?
¿La fatalidad elige el segundo? pero si la suerte no existe para mi, cómo es que... basta!!! No hay tiempo!!!
tengo que levantarme y caminar.
Siento mis piernas, están ahí. El viento me golpea de frente y ensordece insoportablemente el silencio.
Lo he logrado, estoy de pie pero mis piernas son ajenas y exageradamente pesadas, que es esto.
Muevo la pierna derecha pero mi fuerza no alcanza, todo mi cuerpo colabora en el avance y... algo nuevo
me invade, es dolor; (puede ser) mis rodillas están tiesas, mis puños cerrados estrujan con desesperación el
miedo que recorre mi piel. Intento mover la pierna izquierda, el grito que escapa de mis entrañas reverbera
en el paisaje, he avanzado pero en la dirección del camino, hacia el inicio o hacia el fin, ¿Cómo voy a saberlo?
Necesito girar y no... no importa hacia donde, estoy en el medio, un giro de noventa grados bastará,
no es problema puedo, puedo hacerlo!!! Y ahí está la orilla la veo, veo el verde contraste que me liberará
Mis piernas son cada vez más dolorosas, y lentas, intento el avance pero caigo de rodillas. Voy a estar mejor así,
podría intentar "gatear" pero estoy exhausto, no... no lo estoy, ni siquiera me he agitado, ¿Por qué ya no hay
viento? ni miedo, ni desesperación, todo lo que me ha estado atormentando se ha ido y solo queda en mi ésta
sensación, ésta necesidad de espera, me detengo en este inasible momento, necesito escuchar mi respiración para seguir.



Leandro Sayanes

Después Siempre


Así, un día el sol secó mi angustia y te solté la mano,
pero,.. ¿qué debería sentir al no verme en tus ojos?
Este nuevo día vagará en ilusiones esperando la noche
donde tu inmensa luz me devolverá el alma.
...
Y en este trance me pregunto si tu luz me devolverá el alma,
o gritará turbada, al reflejarte en ella.


Leandro Sayanes

Ausencia


En el vasto y oscuro cielo de tu ausencia...
crecen todos mis miedos...
crecen todas mis tristezas.
Estoy lleno de silencio porque el adiós sigue en mi puerta,
como sigue entre mis labios, ese último beso.
Cada día desde entonces...
busco donde esconder mi alma...
busco donde secar mis lágrimas.
Pero en el inmenso y oscuro cielo de tu ausencia,
ni la muerte es tan oscura, ni la noche tan eterna.
Y cuando estas de vuelta, mi corazón tiembla...
y no es pura coincidencia, el amanecer también regresa...
y otra vez nos mira el cielo...
y otra vez me siento pleno.
Ya esta bien... no mas tiempo...
ya no quiero estar de duelo,
que se hagan reales tantos sueños...
Te extraño tanto mi amor... ya no encuentro consuelo...



Leandro Sayanes